La innovación es un factor transversal de crecimiento y supervivencia que ya se ha asumido en todos los ámbitos sociales, educativos y económicos. Para «ser innovador», es necesario conocer y conectar con el contexto, con las tendencias y con quienes innovan, para saber luego adaptarnos, partiendo de nuestras capacidades.
¿Tenemos que innovar o debemos ser innovadores?
¿En una etapa concreta o a lo largo de la vida?
a) En el plano global y con visión a medio y largo plazo, la UNESCO ha elaborado la Estrategia educación 2014-2021 para “Sentar las bases de un aprendizaje equitativo para todos a lo largo de toda la vida”
Los tres objetivos estratégicos que enuncia son:
- Desarrollar sistemas educativos para impulsar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos.
- Facultar a los educandos para que sean ciudadanos del mundo creativos y responsables.
- Configurar la futura agenda de la educación.
Han creado entre otras iniciativas la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje creada como una plataforma para movilizar las ciudades, distritos y comunidades a nivel subnacional, y demostrar cómo las ciudades pueden utilizar sus recursos para desarrollar todo su potencial humano (*[1]).
b) En el plano de las universidades y los centros de investigación, la UNESCO trata de potenciar y poner en valor las alianzas entre investigadores que están generando un cambio, ya que considera que “El peso de los enfoques dominantes en generación y colaboración del conocimiento significa que estamos en el comienzo de un largo período de cuestionamiento y reformas. La sistematización generalizada de conocimiento profesional y la sensibilización de la próxima generación de investigadores pueden suponer la diferencia.… Los pronunciamientos sobre el valor de la ‘co-construcción «del conocimiento son más frecuentes que la práctica real“ (*[2])
c) En el segmento de los centros de educación “obligatoria”, según el estudio de la JRC[3] (Joint Research Commision) de la Comisión Europea la mayoría de los alumnos en gran parte de los colegios de la UE no reciben ni siquiera la innovación y la creatividad curricular que son posibles con los escasos recursos de que disponen sus escuelas y autoridades educativas. Los profesores no están recibiendo el espacio mental o físico, el tiempo y el apoyo para dar el curriculum de manera innovadora.
Este estudio subraya que la clave del éxito está siempre en la motivación de profesores y alumnos que en ocasiones se rompe por las barreras que tienen que superar. Así mismo, constataba que el uso de la tecnología por sí sola no conduce a mayor innovación y aprendizaje creativo sino que es una herramienta útil adecuadamente combinada con el proceso creativo.
d) Por su parte, en lo relativo a las entidades de servicios para el empleo y la formación continua, la Comisión Europea y sus organismos están generando guías, recomendaciones y buenas prácticas para anticipar y cruzar las competencias y empleos que son necesarios en la actualidad y para el futuro. (*[4])
e) En el mercado laboral, a las empresas y organizaciones que contratan a los estudiantes recién titulados ya no les basta con los conocimientos técnicos. La Fundación Everis en un reciente estudio titulado “Ranking universidad empresa”[5] encuestaba a 2.000 empleadores de empresas de más de 10 trabajadores de toda España y les preguntaba cuáles eran las competencias que más valoraban en los nuevos contratados. Como puede apreciarse en el gráfico siguiente, los conocimientos técnicos de la profesión eran valorados por encima de un 7 y por lo tanto considerados importantes pero aparecían en octava posición.
Este mismo estudio preguntaba a los responsables de RRHH por la valoración que les merecían los contratados con respecto a esas competencias y el nivel de dominio que las empresas necesitan era insatisfactorio, especialmente en la capacidad de aprendizaje y adaptación al cambio.
No es un mito el conocido dicho “Se contrata por aptitud y se despide por actitud”. Saber es muy importante, pero ser innovadores y actuar para adaptarnos a los cambios es lo que nos hace empleables (por cuenta propia y ajena) a lo largo de la vida.
¿Seremos capaces de trabajar sistémicamente para desarrollar las capacidades que el siglo XXI nos demanda?
Nota: Este post es un extracto del estudio «Capacidades innovadoras de los centros educativos cercanos al mercado laboral» que incluye mediciones y buenas prácticas. Para ver el estudio completo pulse aquí.
[1] Desde Octubre de 2015 se puede formar parte de la red de manera gratuita (Toda la info. Aquí)
[2] http://www.guninetwork.org/files/strengthening_community_university_research_partnership_global_perspectives.pdf
[3] Shakuntala Banaji et al, Creative and innovative good practices in compulsory education. 2010. JRC European Commission
[4] GUIDE TO ANTICIPATING AND MATCHING SKILLS AND JOBS. European Training Foundation / European Centre for the Development of Vocational Training / International Labour Office
[5] Ranking universidad empresa Fundación EVERIS 2015