No sé si ustedes conocerán una página web que se llama Innocentive. En ella cualquier empresa que tenga un problema o necesidad puede lanzar un reto al mundo, poner un plazo, una recompensa y recibir soluciones de personas de todo el globo. Les animo a visitarla, entrar en la zona de “challenge” y mirar el “solvers map” para darse cuenta de que por un precio muy asequible es posible disponer del mejor talento a nivel global.
Pues bien, recientemente leía en Innovation excellence que un investigador del King’s College de Londres se preguntaba si aportan más a la innovación las personas que ya trabajan en un campo determinado (insiders) o aquellas que provienen de otros campos (outsiders). Lo que hicieron fue examinar 230 “solucionadores” de Innocentive para determinar si se trataba de especialistas en el campo para el que aportaban soluciones o provenían de otro. ¿El resultado? Los “insiders” que estaban muy conectados y miraban mucho fuera de su campo de actuación y los “outsiders” que dedicaban el tiempo suficiente a un campo concreto eran los que daban mejores soluciones.
Lo cierto es que en los años que llevamos trabajando con diferentes clientes de diversos sectores, una de las carencias que más nos encontramos en las empresa es la falta de “vigilancia” externa, Evidentemente todas las empresa miran a su competencia, actual, a sus clientes, van a ferias para conocer las novedades y están conectadas a lo que se está moviendo vía revistas especializadas y blogs. Pero en este mundo global e hiperconectado en que la tecnología avanza a una velocidad supersónica, las bombas suelen venir de dónde menos te lo esperas. Dudo mucho que las discográficas estuvieran muy preocupadas por “Apple” que hacía ordenadores o que los hoteles se planteasen que los particulares iban a hacerles la competencia vía plataformas como Windu y Airbnb. En el análisis de la industria, Porter hablaba de “nuevos entrantes” y de “barreras de entrada” y hoy estas pueden derrumbarse como castillos de arena de un día a otro gracias a un avance tecnológico o a una necesidad no cubierta que ha sido abordada por quien la detectó:
El sector del automóvil no inició el coche autónomo, han sido Google, Apple y ahora, los makers que generan sus prototipos . El controvertido Elon Musk tiene un exceso de demanda en su coche eléctrico que para sí quisieran las grandes marcas.
Los abogados y los médicos no han creado el “megacerebro que aprende” Watson, ha sido IBM.
El “autostop” es una idea longeva, pero Bla Bla car no lo han inventado las empresas de transporte de pasajeros viendo que los usuarios compartían coche.
Kickstarter, la ultra conocida plataforma de crowdfunding, no nació de las entidades financieras, sino que fue creada por Perry Chen, un galerista que quería dar visibilidad a los artistas y creativos.
Los nuevos medios de pago vía teléfono, vienen de las telcos e Internet y no del sector financiero.
No se trata solo de tener el radar puesto para detectar amenazas externas sino sobre todo, de encontrar oportunidades como ya han hecho esos “intrusos” que están cambiando las reglas del juego. Estar al tanto de lo que ocurre en el mundo y en otros campos puede darnos multitud de ideas para nuestro negocio. La mayor innovación se da en la conexión de ideas aparentemente inconexas y lo estupendo es que las alianzas están al orden del día, ¡no necesitamos hacerlo solos!
En breve les postearemos un inspirador ejemplo de una empresa “industrial” que ha sabido hacerlo y ha crecido gracias a su capacidad para otear y colaborar.
De momento, resérvense hueco en la agenda (¿al menos una vez a la semana para empezar?) y miren qué se mueve en Innocentive, y Kickstarter por ejemplo.