Todo en la vida tiene su correspondiente escala de medición. Así el PH se mide desde el 0 hasta el 14. En ese rango existe toda una gama de alcalinidades o acideces, las cuales se dan en unas situaciones concretas del medio acuoso en el que se encuentren.
Escribo esta introducción, ya que existe cierta tendencia a adoptar posturas extremas en nuestros juicios, convirtiéndose estos en juicios de valor inamovibles e inmutables.
Si vamos a eliminar una suciedad poco grasa, no nos iremos a los extremos de la escala de alcalinidad (PH 12- 14) sino que lo haremos con un producto de PH neutro próximo a 7. Ahí es donde radica el problema, utilizamos productos muy alcalinos o muy ácidos para eliminar suciedades ligeras de manera innecesaria, malgastando tiempo y esfuerzo.
¿Qué traducción tiene esto con nuestro pensamiento? Pues es muy sencillo; tendemos a emitir juicios de manera extrema y absoluta sobre todo lo que tiene el adjetivo “positivo “como
– Pensamiento positivo, aquí tenéis este post y este otro .
– Psicología positiva, aquí os dejo el eje central .
– Emoción positiva,… expresado en este post .
Parece como si sentara mal que se hable, investigue y demuestre científicamente, los beneficios que este adjetivo tiene en nuestra vida. Preferimos asirnos al pensamiento inmóvil, al realismo que mata nuestras esperanzas, y al pesimismo que es el que mejor describe lo que nos pasa.
Tener “ Positividad sincera” no implica que haga desaparecer de un plumazo la negatividad, hablar de emociones positivas no implica que debamos olvidarnos de las emociones negativas, tener pensamientos positivos, no implica que se desestimen los pensamientos negativos y que estos carezcan de valor, y por último la Psicología Positiva no borra ni obvia la Psicología tradicional, ni tampoco la califica como negativa, incluso utiliza algunas de sus herramientas para complementarlas con las técnicas propias de la Psicología Positiva.
Un término no es excluyente del antagónico, ser optimista no implica que seamos pesimistas e incluso hiperrealistas en algunas facetas de nuestra vida, por ejemplo, en mi caso, es la casta intocable de los políticos. Pensar de manera positiva, no implica que no hagamos un análisis exhaustivo de todos los problemas que nos vamos a encontrar, incluso diseñamos nuestro plan de vida. Experimentar positividad, no implica que no sepamos que la negatividad tiene sus valor adaptativo y por lo tanto su papel en nuestro desarrollo como personas completas.
La Premio Tempelton de Psicología, Barbara L .Fredickson, afirma
“Sin la negatividad perdemos autenticidad, nos alejamos de la realidad, y con el tiempo alejamos a los demás “
Otra frase rescatada de su libro “ Positivity”
“Sin la negatividad nos convertimos en Pollyana con una sonrisa permanente y ridícula “
Barbara distingue entre la negatividad apropiada e inapropiada.
Su amigo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Michigan, Michael Cohen construyó esta ingeniosa frase
“Es cierto que te golpearías la cabeza en el techo del gimnasio, si saltaras lo suficientemente alto”
Vamos con otro Premio Tempelton de Psicología, Sonja Lybomirsky , afirma en este post ,que las personas que han experimentado alguna adversidad, son más felices que aquellas que no lo han hecho.
John Gottman, uno de los mayores expertos del mundo en parejas, afirma:
“La negatividad infundada se filtra poco a poco y acaba impregnando todo nuestro tejido emocional “
Necesitamos negatividad, lo mismo que las neuronas necesitan cambios de polaridad en sus membranas para poder transmitir el impulso eléctrico. Las pilas a su vez necesitan de polo negativo para funcionar.
Los seres humanos tal y como están demostrando desde el 2005 los psicólogos Barbara L.Fredickson y Marcial Losada, necesitan ciertas dosis de negatividad para compensar la positividad. Establecieron que por encima del ratio 11/1 un incremento de positividad sería muy negativo, es decir pensar y sentir en positivo siempre, es propio de las películas de dibujos animados- incluso estas no siempre son 100% positivas – y no de la vida real.
Asimismo Martin E.P.Seligman, en su libro “La auténtica felicidad “, relata como hay ciertas profesiones que necesitan de pensamientos negativos para poder anticiparnos a un futuro siempre incierto, tales como la Abogacía, Dirección financiera y Dirección de calidad por ejemplo. Estas profesiones necesitan ponerse en el peor escenario posible para poder diseñar su estrategia y así prevenir cualquier suceso fatal.
Los perfiles optimistas, son complementados con los perfiles pesimistas, y los pensamientos y emociones negativos lo son con los positivos. Las empresas necesitan de ambos perfiles.
Si te gusta el vino, no es lo mismo tomarte 3 copas, que 2 botellas, así que todo es cuestión de la cantidad de negatividad que dejas entrar en tu vida, no tanto si la dejas entrar, ya que está claro que la necesitas.
No podemos pensar que todo el pensamiento positivo es una falacia ya que dejaríamos de soñar, no podemos desterrar de nuestra vida la positividad calificándola de irreal y vacía, ya que nos perderemos uno de sus consecuencias más poderosas:
“La positividad genera un individuo más resiliente, con mayor autoestima y control de su vida “ B.L. Fredickson
Para finalizar hago una mención al “Ratio de Losada”, que es la relación entre el número de pensamientos positivos y el número de negativos. El número frontera es el 3/1. Por debajo de esta frontera nos vamos directamente al territorio de la depresión, ansiedad, estrés, cardiopatías, separaciones, bajos rendimientos y cosas peores.
Pues bien, el otro día estuve charlando animadamente con Paco Martínez Seoane , experto en dirección de personas y comunicación interna, tiene un producto que establece símiles náuticos y los aplica en la dirección de equipos. Le hago desde aquí un guiño:
Si nos vamos a la Encyclopaedia Britannica, y buscamos la palabra “velero”. Nos saldrá el dibujo de un velero fuera del agua. Si medimos la proporción entre el mástil y la quilla, sale la curiosa cifra superior a 3/1.
La quilla nos aferra a la realidad, mientras que el mástil nos hace volar y soñar con tierras prometidas.
Os hago una pregunta, en tu velero ¿Qué proporción tiene tu quilla? ¿A dónde os lleva vuestro velero?
Un abrazo y gracias por estar siempre ahí.
Excelso tu post, Iosu. Me ha encantado.
Solo añadir, como apasionado de la inteligencia emocional, que la gestión de las emociones abarca a todas ellas, desde las más agradables a las más desagradables, pero todas necesarias para sobrevivir en este mundo tan cambiante, trepidante y retador en el que vivimos.
Un abrazo!
Muchas gracias Juan Pedro! Necesitamos una educación emocional importante, y desde todos los ámbitos. Si no aprendemos a gestionar las emociones y pensamientos negativos, estos se radicalizan y acaban convirtiéndote en su esclavo.
Totamente de acuerdo pues en todo lo que dices y además con conocimiento de causa, ya que tu enseñas de manera eficaz a controlar nuestras emociones.
Un abrazo Juan!!