Ya les he hablado en alguna otra ocasión de los “Juevinnshow”. Una reunión que amigos y fans de la innovación, celebramos de vez en cuando para ponernos al día de las cosas que se mueven por el mundo. Y como le dice mi hija a su hermana mayor cuando quiere que le deje algo “compartiendo soy feliz”, así que aquí va un pequeño resumen de lo que allí se dijo para que los que se lo perdieron no nos riñan:
Después del reencuentro inicial, recién llegado de Logroño, saltó a la palestra Eliseo. Comenzó glosando la aperreada vida del consultor con su gracejo y sorna habituales y nos hizo ver que de las muchas tecnologías y novedades que encontramos en las empresas, no hay ninguna que sustituya al ojo clínico en todo lo relativo a la evaluación de las personas. ¿Ninguna? ¡No! Allá por el 2.000 el ejército israelí junto con el Mosad y la universidad de Tel-Aviv desarrollaron un algoritmo capaz detectar las mentiras en la voz que fue liberado en 2008 y se comercializó por una spin off de dicha universidad que se montó en Delaware. El sistema iCI (índice de cumplimiento institucional) mide 38 parámetros diferentes y tiene una fiabilidad del 97%. Para hacerlo funcionar se parametriza un cuestionario, se graban las respuestas al mismo y el sistema emite un informe que puede decir quién miente. Eliseo trajo un montón de ejemplos de empresas que ya lo están utilizando (sin dar nombres): una agencia de viajes para detectar quién ralentizaba la implantación de su nuevo sistema informático y poder así formarlos mejor; aseguradoras para seguros telefónicos y para siniestros en los seguros de hogar; una entidad financiera que compra cartera de deuda y con este sistema detecta quién pagaría si pudiera y sólo a esos les re-financia la deuda; una compañía de transportes para erradicar el tráfico de drogas en sus envíos; en una cooperativa para recuperar el espíritu cooperativo; en los call center… Existen multitud de posibles aplicaciones, por ejemplo se está viendo si se podría adaptar para que en las universidades on-line, los exámenes también pudieran hacerse desde casa.
Desde la sala le preguntaron por el problema jurídico de grabar conversaciones a lo que respondió que algunas como call centers o entidades bancarias ya se graban y así se le avisa al usuario. Los datos se protegen y la información es confidencial e inviolable pero de momento no tiene fuerza probatoria. Alguien sugirió que podría ser muy útil en el mundo del marketing y Eliseo nos contó que alguna empresa de encuestas estaba valorando utilizarla para saber si el encuestado está respondiendo con sinceridad. Otra persona preguntó si además de empresas lo podía usar un particular para saber si su pareja le engañaba y resulta que sí, por 100 dólares, se puede. Aquí un espontáneo se preguntó si un 97% era suficiente para echar a tu pareja de casa dado que para los test de paternidad se exige un 99.5% a lo que Eliseo respondió que son tecnologías y medidas diferentes y que él sin duda se lo creería… ¿Una amenaza para el negocio de los detectives privados? Resumiendo, se pueden imaginar montones de utilidades de todo tipo para el iCI. ¿Da un poco de miedo?. (Si necesitáis más información, podéis contactar con nosotros o con el propio Eliseo)
Después de un parón para avituallarse y comentar la jugada, Carlos González, un tipo estupendo y leonardesco, se lanzó al ruedo y nos habló de genética y nutrición. Comenzó con una frase de la OMS en la que yo no había caído pero que es real como la vida misma: la salud no es ausencia de enfermedad solamente, es un estado de bienestar físico, mental y social.
¿Sabían ustedes que por menos de 1000 dólares les pueden secuenciar todo su genoma?, los 3.200 millones de pares de bases de ADN El problema no es obtenerlo sino qué hacer con esos datos, cómo interpretarlos. ¿Y que los humanos somos iguales en un 99.9%? La principal fuente de variabilidad en los genomas de dos seres humanos procede de las variaciones de los llamados SNP que no siempre se manifiestan, a veces permanecen silenciosos. En palabras de Carlos, el genoma es un libro del que no todas las palabras se leen y a veces palabras con diferentes letras se leen de igual manera.
Lo cierto es que existen muy pocas relaciones probadas causa-efecto entre los SNP y el desarrollo de una enfermedad. Las investigaciones en este campo son muy caras y por eso se forman grandes consorcios que avanzan lento. En general se llegan a conclusiones del tipo “si tienes esto, pasa esto otro” pero no se sabe todavía por qué.
La nutrición es el único factor externo que nos afecta desde que nacemos, e incluso antes, hasta que nos morimos y por eso es un factor ambiental muy relevante ¿cómo afecta a nuestro metabolismo? ¿Somos lo que comemos? ¿Cómo nuestra genética condiciona la respuesta de nuestro organismo a lo que comemos? ¿Y qué influencia tienen distintos ambientes en todo ello? Lo más estudiado a este respecto es la obesidad, un gran mercado que tiene un coste en salud de entre 3.000 y 3600 $ año por persona. ¿Es verdad que hay gente que no adelgaza porque sus genes se lo impiden? Algo de verdad hay. Entorno a un 5% de casos se debe a un déficit de una hormona denominada leptina. En los demás, en numerosos ensayos se observa que con la misma dieta, con el mismo factor ambiental hay personas que adelgazan más que otras. Por ejemplo se sabe que el tan alabado omega 3 no es beneficioso para el colesterol “bueno” de las mujeres con un determinado gen pero no se conocen exactamente los mecanismos. De nuevo las investigaciones avanzan despacio y van descubriendo algunas relaciones que tampoco son definitivas. En realidad lo que se mide son más bien los riesgos relativos: si tienes ciertos polimorfismos tu riesgo es mayor al igual que si fumas tienes más probabilidades de tener cáncer.
En conclusión los genes no dictaminan pero nos dan pistas de lo que es mejor para nosotros. Lo cierto es que la obesidad es el resultado de muchos factores. Por ello la tendencia es a establecer dietas personalizadas que tengan en cuenta todos esos factores.
¿Qué hay de la cúrcuma, polifenoles y demás sustancias à la mode? -preguntó alguno. Sabemos que parecen tener ciertos efectos beneficiosos pero queda mucho por investigar para conocer los mecanismos o las dosis. Dicho lo cual, y visto que no había receta magistral para el sobrepeso de varios de nosotros, paramos a darle un poco al cervecerío y los panchitos.
Para fin de fiesta, María nos alertó sobre la revolución industrial que ya está aquí. La llamada industria 4.0 y pidió a los asistentes que dieran algún ejemplo de lo que estaban haciendo en esa línea. Roberto de Alcazarlabs nos contó cómo habían hecho para iluminar un valle sin necesidad de infraestructuras nuevas de forma que los dispositivos fueran autónomos, inalámbricos e independientes pero estuvieran comunicados. También el caso de un dispositivo para evitar que la gente robe los cables y que se den los positivos falsos poniendo controladores dispersos entre puntos de la red eléctrica. En palabras de Roberto, se trata de hackear el mundo actual sin generar un sobrecoste de infraestructuras y en la media de lo posible, utilizando sistemas redundantes.
Mikel, un veterano del Juevinnshow, tenía pensado poner ejemplos de fabricación aditiva pero decidió contarnos algo que acababa de leer: un coloso japonés que compró una fábrica francesa de robots humanoides va a abrir una tienda atendida solamente por los robots Pepper: reconocen la voz, interpretan y tienen capacidad emocional. Únicamente el que cobra será humano. ¡El lobo ya está aquí! Para rematar, María nos contó luego que según una encuesta del WEF se espera que para 2026 haya robots en los consejos de administración.
Por cierto que nos entramos de que el ayuntamiento de Barcelona había plantado 1000 árboles con par de cobre dentro… no sabemos qué habrá pasado con este proyecto, pero habrá que investigarlo…
Y nos contaron también que existe un ADN sintético que se vende en forma de grasa o líquido que si lo tocas no te das cuenta pero se te queda marcado, es indeleble y la policía lo puede perseguir. Se puede poner en los cables y también pulverizarse en un lugar determinado cuando suena la alarma de robo para pringar a los ladrones que no son conscientes de ello.
María nos enseñó un documento de DAVOS en que se comparaban el top ten de habilidades necesarias en 2015 con las que serán necesarias en 2020 para prosperar en la industria 4.0. El pensamiento crítico y la creatividad serán mucho más necesarios frente al control de calidad que desaparece del ranking. Gustó la “flexibilidad cognitiva” que se usó en bromas varias.
Y para terminar, siempre nos liamos y acabamos tardísimo, yo misma hablé de Watson, el robot de IBM que aprende, habla en lenguaje natural, captura información desestructurada y que es capaz de manejar montones de datos e interpretar el contexto. Había en la sala insignes especialistas mucho mejores conocedores que yo del tema pero lo que quise contar es cómo trabajan con comunidades concretas, cómo lo habían hecho con expertos en cáncer y cómo Watson estaba trabajando con el mundo jurídico. Su aparición y entrenamiento podría suponer una gran disrupción en el mundo de la abogacía ya que después de la carga de datos y entrenamiento, Watson sería capaz de proporcionar información y experiencia a los abogados más jóvenes y de contestar montones de consultas sin necesidad de pasar por el abogado. ¡A prepararse tocan!
Y eso es todo amigos. ¡No os podemos negar el lujazo que supone tomarse un vino e intercambiar innovaciones con gente buena y buena gente!