Cuando uno piensa en tornillos, piensa en algo gris, indiferenciado, fácil de copiar… ¿o no?
Este juevinnshow tuvimos la suerte (¡Gracias Mikel!) de contar con Imanol y Joseba de Erreka para demostrarnos que se puede innovar en cualquier cosa. Erreka es una empresa cincuentenaria que se dedicaba a hacer tornillos para la industria. Conforme el mundo se fue globalizando se hizo patente que había países donde era mucho más barato hacer tornillos. Erreka fue dejando de hacer los de pequeño tamaño y concentrándose en los más sofisticados pero la cosa no pintaba bien. Dado el auge de la eólica, trabajaron con la industria para desarrollar tornillos ad-hoc pero también fueron rápidamente copiados y abaratados. Así las cosas, entró un nuevo equipo y siguiendo una metodología que comparten las cooperativas de Mondragón ¡reinventaron el tornillo!
Fase 1, la idea: Se dieron cuenta de que algo útil para sus clientes sería saber la carga que soportan sus tornillos. Si podían medirla utilizando sensórica, eso podría diferenciarles.
Fase 2, el prototipo: Se pusieron a trabajar en ello y cuando llevaban un tiempo con el desarrollo resultó que ya estaba patentado. ¡Pero eso no les detuvo! Hablaron con la Start up americana que tenía la patente y un desarrollo de laboratorio para aeronáutica y le ofrecieron su capacidad de industrializar y entrar en otros sectores con más recorrido. Con la joint venture hecha, continuaron adelante, ya no hablaban de tornillos sino del “Ultrasonic fastener i–Bolt R “.
Fase 3, la venta: No fue fácil convencer a sus clientes, los fabricantes de maquinaria eólica, de que utilizaran esos tornillos que encarecían el producto y cuyas ventajas ellos en principio no veían. Así que hubo que trabajarse bien las ventajas: el tornillo puede trazar unitariamente las piezas y su entorno; permite reducir el peso de la máquina; tiene una precisión de +-3% frente a la de +-30% de apretado por par…
Fase 4, la propuesta de valor se amplía: de vendedor de una commodity bajo plano a trabajar en el desarrollo de la máquina para optimizar su peso y en el montaje para leer la carga del tornillo con sus instrumentos.
Fase 5, La organización y el modelo de negocio que tenían no eran los adecuados para aportar ese nuevo valor al cliente. Necesitaban trabajadores 007 capaces de descolgarse desde un helicóptero para acceder a los molinos offshore y dispuestos a viajar por todo el mundo. No los tenían, así que, contrataron gente joven capaz de dar este servicio de montaje. Esa savia nueva además les trajo nuevas ideas.
Fase 6, la servitización. Y ya puestos, ¡como si fuéramos de Bilbao! a dar servicios de mantenimiento predictivo, tema de fugas, mejora de rendimiento, análisis de fallos…
Pero siendo realistas con su tamaño y capacidad han decidido centrarse en el sector eólico y del petróleo. No rechazan pedidos pero no son proactivos fuera de esos sectores.
Fase 7 y siguientes. ¡un no parar! De proyectos, desarrollos, alianzas…
Al hilo de este recorrido que nos contaron, pudimos escuchar algunos aprendizajes que no me resisto a escribir:
- El cliente no valora el producto sino la solución que le aporta: hay que conocer bien los problemas de tus clientes
- Diseñar algo sin protegerlo te expone a que te lo copien
- Estos desarrollos no se hacen individualmente hay muchos apoyos de los que tirar a nuestro alrededor
- Muchas de las ayudas del Gobierno vasco como las de 4.0 no se están aprovechando
- En el grupo Mondragón tienen un método para hacer estrategia e innovación que ¡funciona!
- Los desarrollos y proyectos llevan su tiempo y no siempre salen: comenzaron el desarrollo en el 2.000, hicieron la joint-venture en el 2010-2011 y comenzaron a vender el i-Bolt y ganar dinero en 2013
¡Empieza el bombardeo de los espontáneos! ¿Cuánto cuesta un tornillo de estos? Hábilmente se abstuvieron de decir cuánto, pero nos quedó claro que unas 20 veces más que uno normal y que la pregunta buena no era esa sino ¿cuánto te cuesta el problema que yo te voy solucionar con mi tornillo? Y ¿Cómo de marcianos son los tornillos?“¿Tienen lucecitas?” No, es algo que les pegan. ¿Y se pueden comunicar desde la distancia? Si, la idea es dejar un residente en la unidad atornillada con el que conectarse pero el problema es de quién es y quién puede explotar los datos. ¿Cómo se consiguió el cambio organizacional? La situación crítica les empujó.
¿Sigues pensando que innovar no es para ti? Que estas en un mercado maduro donde es imposible ¿Estás seguro? ¿Más maduro que en el de los tornillos de hace una década? Yo le daría una vuelta…
De la sensorización pasamos a hablar de innovactoras, un proyecto para aportar referentes y poner en valor a mujeres innovadoras que están a nuestro alrededor haciendo grandes cosas. Podéis verlas, oírlas y descargaros gratis el e-book en http://innovactoras.eu/. ¡No tiene desperdicio! El caso es que las ilustraciones del libro han sido hechas por los niños de 1º y 2º de la ESO de Jesuitinas. Resulta admirable cómo en tan poco tiempo el colegio montó el proyecto. Nerea, una de las jóvenes ilustradoras, nos explicó su dibujo y Fátima,artífice de los vídeos y su montaje, nos enseñó el que explicaba el proyecto en el colegio. Así pudimos ver la imagen que los chavales tienen de las mujeres innovadoras que es curiosa. ¡No dejéis de mirar las ilustraciones en la web!
Fátima es una peruana con acento canario que estudia periodismo, historia y comunicación y en sus ratos libres le da al audiovisual y monitorea niñas. Al principio el proyecto le gustó aunque no le entusiasmó especialmente pero, al ver tanta gente implicada y el entusiasmo de María, le pareció que no podía ser ella quien lo parara así que se puso manos a la obra ¡a pesar de estar en plenos exámenes! Le faltaba dar “el paso de fe” pero poco a poco el proyecto le fue enganchando y sobre todo, el día de la presentación, al ver el impacto y los agradecimientos de todo el mundo, se alegró mucho de haber participado. ¡No dejéis de ir a la web! Las respuestas de cada una de las “inovactoras” a la misma breve encuesta ¡os darán que pensar!
Y para terminar, Nerea, 22 añitos, la innovactora más junior, licenciada en bioquímica y estudiante de nutrición nos trajo un proyecto chulísimo. Ella es de un pueblo de Burgos de 1800 habitantes, Espinosa de los Monteros. Allí Bárbara de Aymerich (otra de las innovactoras) comenzó un proyecto para acercar la ciencia a los niños de entre 4 y 14 años. En un local cedido por el ayuntamiento del pueblo, juntando algunos materiales de trabajo, comenzó a enseñar ciencia a los niños que quisieron apuntarse, comenzaron 4 y hoy son 50. Se llama “Espiciencia”, los niños le pusieron el nombre uniendo pueblo y ciencia. Cuatro profesores (Bárbara Nerea, Joserra y Gabriel) por amor al arte con el apoyo de los padres han conseguido acercar la ciencia a ese rincón mediante talleres, experimentos, embots, drones… sin apenas recursos, utilizando los premios de los concursos a los que presentan sus proyectos (todos los que pueden).
Trabajan en el pueblo y se mueven a todas las ferias y concursos que pueden con su camiseta azul. Tienen un programa de radio ”haciendo ciencia” donde explican a otros niños sus experimentos y un proyecto con el club de ciencia de Argentina con ideas para mejorar la vida cotidiana ( un vendador automático, un cintuled que se queda encendido hasta que lo pones, un sensor para las bicis que pita si un coche se acerca demasiado… )
Este año, todos llevaron sus juguetes de reyes a la clase, ¡nada de muñecas y balones!: experimentos de química, cristalografía… ¿Y el futuro? Lleno de proyectos incluido Edu Artic que les llevaría a la Antártida… ¿Están locos estos espicientíficos?
¿Cómo se financian? Con los premios que ganan y con lo que aportan los padres para los viajes y materiales, no tienen subvenciones. ¿La clave de su éxito?, la pasión por la ciencia de los profes, lo que se divierten los chavales y el apoyo de los padres. Un espontáneo le preguntó si tenían filiales… ¡estaría bien tener algo así cerca para mandar a nuestros hijos! Pues de momento no pero todo es animarse…
¿Por qué lo hace Nerea? (¿Le faltará un tornillo?) Porque junta tres de sus pasiones, la ciencia, su pueblo y los niños. Ella disfruta muchísimo, “es impagable ver lo contentos que se ponen los niños cuando algo les sale” “los grandes científicos fueron niños y nuestros niños serán grandes científicos”.
¿Qué podemos hacer nosotros para colaborar con el Espiciencia? Hacerles llegar los materiales que tengamos y ya no usemos; microscopios, ordenadores… Algún juevinnshero ya estaba pensando opciones para ayudar.
Y con esto levantamos la sesión y nos dimos a las cervecitas y a la charla mientras degustábamos pasta, risotto y unas pizzas buenísimas de nuestro amigo Carlos de la Mafia.
Por cierto, el dinero de la venta del libro físico Innovactoras se va a destinar a becar a una innovactora en la universidad. El stand que había en la sala agotó sus existencias de libros porque los juevinnsheros ¡son así de majos!