A finales del Siglo XX, Mihalyi Csikszentmihalyi acuñó este término referido a un estado en el que la persona experimenta lo siguiente:
+ Se detiene el tiempo
+ La concentración es máxima y el desgaste psíquico es mínimo.
+ El rendimiento y la creatividad son óptimos.
+ Y por último, al abandonar este estado uno se siente con más energía y busca nuevas formas de aplicar esas fortalezas personales que han producido esos estados de “Flow”.
Este investigador, por medio de un método de muestreo de la experiencia (MME), concluyó que donde mayor número de estados de “Flow “se experimentaban era en el trabajo, ya que en entornos de máxima dificultad es donde poníamos en juego todas nuestras habilidades personales para producir un resultado óptimo.
Cuando pienso en “Flow “pienso en un niño de 2 años jugando con sus playmobils; nada le desconcentra y el está al 100 % mientras está, no permitiendo que nada ni nadie perturbe su estado de máxima implicación. Este estado le proporciona un disfrute máximo y es totalmente feliz. El niño fluye hasta conseguir su objetivo.
En mi caso tengo muy sencillo entrar en este estado, ya que mi principal fortaleza la puedo ejercitar a cualquier hora y en cualquier sitio, y no es otra que el “Aprecio por la belleza y la excelencia “, así que cuando voy al monte, a la playa, veo un precioso jardín, un atardecer, oigo el sonido de los pájaros al amanecer, etc., experimento pequeños impactos de felicidad que me dan pequeñas dosis de “Flow “. Al poner en juego mis otras fortalezas, consigo más dosis en el proveedor habitual que soy yo mismo.
El ser humano a través de experimentar estados de flow que pongan en juego sus fortalezas personales, consigue momentos de felicidad que se traducen en una productividad laboral mayor y una satisfacción vital también mayor.
Y ahora yo me pregunto ¿Cuántas veces experimentas estos estados en el trabajo? ¿Hay demasiado ruido? ¿Qué ambiente reina en tu empresa? ¿ Facilitamos que nuestros empleados alcancen estos estados, o por el contrario se aburren en el trabajo? ¿Tienen desafíos que les permitan la máxima concentración?
Para que en una empresa el clima sea productivo debe reunir los siguientes 6 requisitos:
+ Los componentes del equipo deben experimentar estados “Flow” tantas veces como sea posible.
+ Debe haber un número de expresiones y emociones positivas superior al de negativas.
+ Nuevos retos; una vez que un individuo alcance sus objetivos, debemos poner en juego nuevas habilidades para que no se alcance el fenómeno denominado “adaptación”.
+ Los individuos se ayudan entre sí.
+ El clima favorece la reflexión y la perspectiva.
+ La Inteligencia emocional impregna cada rincón de la empresa incluidos sus líderes.
Si cuando volvemos del trabajo nos encontramos agotados los 365 días del año, sin ganas de ir al día siguiente, si contamos cada segundo para que dé la hora en que poder ir a casa, si lo que hacemos no pone a prueba nuestras habilidades, si esas habilidades no son diferentes y un poco más exigentes cada vez, entraremos en un estado de “languidecimiento”, melancolía, y tanto nuestras empresas como nuestras parejas y amistades lo sufrirán..
Así que “Fluyamos desde nuestra esencia hacia nuestra potencia” para ser no sólo más felices, sino más productivos.
Un abrazo fuerte.
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