En cualquier lugar en 201X, una niña está haciendo los deberes.
Nerea tiene 12 años. Este curso, su equipo de trabajo en clase tiene encomendada una misión complicada: ir contando, cada quince días, al resto de la clase los nuevos términos que se usan hoy, pero no están en el diccionario. Este mes, les toca hablar sobre la Empleabilidad. Sólo les han explicado que es algo necesario para poder trabajar…
Como es diligente y sabe que, antes de opinar, debe tratar de hacer búsquedas que le permitan formar su criterio, ha clikado en primer lugar en la Wikipedia, pero vaya! Allí no estaba… Decidió dejar para el fin del trimestre la tarea de introducirlo junto a sus compis y evitar así que otros se encuentren con el mismo problema. Eso sí, no debe ser tan importante una palabra que ni siquiera está en la Wikipedia, pensó. Probó entonces la segunda opción: Google, y guay! Había 1.000.000 de resultados! Podía empezar a cortar y pegar lo suficiente como para dar un montón de explicaciones y preparar con sus amigos del equipo una super presentación en Prezi.
Una vez acumuladas todas las definiciones, siguiendo el guión que les marcaba la profa, tenían que indicar cómo se hace para obtener eso de la empleabilidad y en qué medida afecta a los niños de 12 años. Decidió empezar con el “buscador” del que tiraban siempre a última hora, cuando no habían tenido tiempo de preparar la tarea, aunque sabía que siempre les cazaban, porque los profes también conocían el rincón del vago. Resultó que hablaba de «cualificaciones profesionales», pero eso no le servía a ella, tenía sólo 12 años! No esperaba “trabajos de mayores” hasta al menos los 25…
Optó por consultar con sus amigos en Tuenti, poniendo en su estado “¿Para qué sirve la empleabilidad a los 12 años y qué hay que hacer para tenerla?”.
A parte de algún “¿ehhhhh?” y varios consejos para que repitiera las búsquedas que ya había realizado, el talento colectivo de su red de amigos no dio mucho fruto, la verdad.
Recordó entonces a aquel señor mayor del MIT con quien conectaron en clase de tecnología. Les había explicado en inglés y por Skype, algunas tendencias del futuro. Aquel señor había terminado su charla, diciendo que “el presente que los niños vivían hoy era el resultado del futuro que los viejecitos habían construido en el pasado”.
Se dijo a sí misma, que “empleabilidad” sería una palabra inventada por los mayores hace tiempo. La persona mayor más cercana en esos momentos era su madre y ¡cómo no! Cuando su mami volvió del trabajo desprevenida y pensando en sus cosas, se vio asaltada con la pregunta que encabeza este post;
Nerea – ¡Hola mamá! ¿ Qué es la empleabilidad y para qué me sirve con 12 años? He encontrado estas 20 definiciones, pero son todas muy raras y no creo que estén pensadas para que nosotros lo entendamos.
Mami– mmmmm, empleabilidad, todo un «palabro» hija. Veamos… Es algo en lo que la gente suele pensar cuando elige su carrera académica para responder a la vieja pregunta de ¿Qué quieres ser de mayor? y a la que viene después, ¿ Qué tengo que hacer y qué debo estudiar para conseguirlo?. Creo que ya intuyes lo que es, me has leído unas 20 definiciones. Por la inquietud que demuestras, has deducido que debe ser importante cuando preocupa a tanta persona mayor ¿no?
Nerea– Sí, sí, tengo muchas definiciones y creo que sé para qué os sirve a los mayores, pero en nuestra exposición en el cole, tenemos que poder responder a la pregunta ¿ yo qué hago para ser empleable cuando me haga mayor?
– Mami– De momento, ya os han hecho la mejor pregunta ¿Yo que hago? ¿Tienes alguna respuesta?
– Nerea– Con todo lo que hemos leído, creo que es importante que trabajemos en equipo, que sepamos comunicarnos con el resto del planeta, que nos pongamos en el lugar de otros cuando tenemos que resolver problemas, que trabajemos y estudiemos para saber dónde y cuándo encontrar lo que no sabemos… pero eso ¿es suficiente?
Mami– Creo que no, pero es un buen inicio hija. Hay cosas que el cole, la uni, las instituciones en que vayas a trabajar (si es que no decides montar tu propia empresa u ONG), pueden y deben hacer para ayudarte a elegir y mantener el camino que más feliz te haga. Parte de ese camino será decidir, en función de tu talento y de lo que te resulte más atractivo, con qué medios vais a contar para comer tu familia y tú. Después de vuestra exposición en clase, volvemos a retomar esta conversación, ¿te parece?.
Nerea– Ya, pero mamá… ¿Que tal si el día en que los padres coméis en el comedor con nosotros, nos cuentas como has hecho tú para ser empleable? Los ejemplos prácticos nos suelen servir más que sólo las definiciones…
Mamá – Eso está hecho. Pediré además a un amigo que trabaja seleccionando personas para diferentes empresas, que me acompañe y que os cuente su experiencia con distintos puestos de trabajo. Así podréis conocer más casos, y puede que hasta os sirva de ayuda para ir pensando en qué os gustaría hacer en el futuro.
Y ahora bonita, échame un cable preparando la cena y poniendo la mesa, si quieres ese euro que me has pedido para comprarte algo mañana… ¡no hay empleabilidad, sin esfuerzo!
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