En el post anterior, hemos visto las líneas maestras de la Filosofía de Epicuro después de haber estudiado abundante material, aunque muchos escritos suyos se perdieron. Su Filosofía tiene unos cuantos elementos en común con lo que la ciencia está abordando ahora en al campo de la Psicología. Aquellas conversaciones con amigos tenían lugar en un entorno agradable donde los amigos se centraban los unos en los otros.
Han pasado muchos siglos desde entonces y vemos que aunque a nivel tecnológico y científico hemos avanzado mucho, a nivel humano apenas estamos empezando a dar pasos. Los seres humanos hemos caído en la rueda hedonista de infinito recorrido y nula realización para el ser humano, cuyo efecto se diluye igual de rápido que una chocolatina lo hace en nuestra boca, sin ningún tipo de mesura ni educación en su control, algo que ya Epicuro nos señalaba.
En algún otro post hablaba de que nos hemos centrado en el tener más y más, a la vez que nos convertíamos en menos y menos. Todas las enseñanzas pasadas han sido sepultadas por siglos y siglos de avaricia, egoísmo, nula inteligencia emocional, nula educación de las emociones, nula presencia de la esencia del ser humano en las empresas, sociedad e instituciones educativas, esto produce una ausencia de significado en la vida de los hombres, nulo sentido de lo que hacen y un aumento directamente proporcional al crecimiento del PIB de las tasas de depresión, suicidio y vacío.
Somos hombres y hemos perdido de vista al hombre, hemos abrazado a todo, menos a lo que realmente nos hace felices, y ahí coinciden nuestros tres protagonistas de nuestra historia, Epicuro (E), Howard Gardner (HS) y Martin EP Seligman (MS).
Estamos ahora en el año 2012, Howard Gardner (HG) se encuentra tomando una limonada en el pequeño pueblecito de Akumal en Méjico con Martin E.P. Seligman (MS). Ambos se encuentran charlando acerca de la necesidad de aunar esfuerzos en cambiar el actual modelo educativo mundial hacia otro en el se trate de una manera más global e integradora al ser humano y no como un mero recipiente de acumulación de datos.
De repente, en el horizonte divisan una extraña curvatura en el cielo, a modo de embudo que se acercaba a ellos muy rápidamente. Una niebla intensa cubrió todo el horizonte. Todo el mundo salió corriendo excepto nuestros dos protagonistas. Era un Puente de Rosen Einstein o comúnmente llamado Agujero de Gusano, el cual los iba a trasladar al “jardín” de Epicuro (E ) allá por el año 304 a.C.
Epicuro se encontraba en medio de una de sus charlas, cuando de repente aparecieron dos señores con vestimentas un tanto extrañas y que hablaban el griego antiguo perfectamente. Después de las pertinentes presentaciones empezaron a charlar sobre sus respectivas teorías, conversación que al acabar fue engullida por el citado Puente o agujero de gusano. Aquí empieza el diálogo:
MS
Epicuro, ¿Por qué decides fundar un “jardín” y no adherirte al Liceo o la Estoa, más propios del pensamiento del la época?
E
El motivo principal, fue en que el Liceo o la Estoa, son muy académicos, muy rígidos y estrictos y se dedican dentro de su círculo cerrado a teorizar perdiendo de vista la verdadera naturaleza del ser humano y su fin último que es la búsqueda de la felicidad. ¿Por qué me lo preguntas Martin?
Ms
Te lo pregunto porque yo hice lo mismo cuando junto con Mihalyi Csikzentmihalyi huí del ambiente intelectual (1) demasiado rígido, restrictivo e inflexible propio del mundo académico, para fundar la Psicología Positiva en un pueblecito costero mejicano llamado Akumal. Esto supuso todo un desafío (3) para la corriente intelectual imperante en la época de finales del Siglo XX.
NOTA: Los números entre paréntesis unen conocimientos de los tres autores a través del tiempo
La diferencia entre el optimista y el pesimista es simple:
el pesimista pasa todo el tiempo hablando que las cosas van a salir mal o no tienen arreglo, y esta todo el tiempo centrado en el problema.
El optimista, sabe que las cosas pueden salir mal pero trabaja hasta la extenuación para que las cosas salgan bien, está centrado en las posibles soluciones y trabaja por ellas.
Rosa Abdon
Gracias Rosa por comentar!. Tienes toda la razón del mundo. Esa es la visión y la realidad de los optimistas. La cosas no les salen bien por que son optimistas, sino que ponen todas las condiciones para que las cosas les sucedan. Así pués no son pasivos sino personas muy activas.
Has dado en el clavo! Gracias de verdad!