Los mayores no se reconoce que aporten nada a la sociedad. Pasan de ser activos a pasivos, jubilados, y automáticamente se convierten en pensionistas y objeto de prestaciones sociales. Este es un planteamiento simplista y facilón, cuyo exponente es el Portal Mayores que administra en España el IMSERSO, adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Dos áreas tiene dicho Portal, el Área de envejecimiento y el Área de atención a la dependencia. Salta a la vista que para la Administración Pública los mayores sólo envejecen o se hacen dependientes, es decir, solo son objeto de prestaciones, pero nunca sujetos autónomos de actividad alguna. Incluso cuando se habla de «envejecimiento activo», con ello se pretende superar las limitaciones del concepto de «envejecimiento saludable» mediante actividades (natación, danza, baile, teatro, etc.) preconcebidas por el propio IMSERSO. Los mayores son tratados por gerontólogos y geriatras desde la jubilación hasta la muerte. Entre 15 y 30 años. Punto.
El Congreso sobre el Envejecimiento que tuvo lugar en Madrid entre el 9 y el 11 de marzo de 2010 estuvo dedicado a “La investigación en España y en Europa” sobre la vejez, claro, en el ámbito de la política europea de las Iniciativas ERA-NET[i] . Se dio vueltas al negocio económico que los mayores ofrecen, a cuestiones de orden social y al I+D+I en materia de ciencias sociales, legalidad, alimentación, ingeniería, robótica y computación, economía y gestión, química… Paradójicamente no se tuvo en cuenta el objetivo comunitario de cohesión social ni el lifelong learning establecido en la “senda de Lisboa”. Otro tanto puede decirse del documentado contenido del Informe sobre el envejecimiento, producido por la Fundación General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2010.
El hiperactivo jubilado francés Bernard Ollivier[ii] describe con gracia y tino la nueva situación que se produce tras la jubilación, «un traje un tanto vago, en ese estatus que no es ni un estado, ni una condición, ni una clase, todavía menos una situación y ciertamente no una profesión. […] La jubilación no es una retirada, al margen de la sociedad, aunque el vocabulario administrativo y el marketing nos haga pasar del estado activo al pasivo, un término infamante para quien, como yo, se mueve sin parar».Y apunta algo que comparte con los más avisados: «Dejemos de presentar como el no va más el “gran porvenir que espera a la juventud”. Esta es muy a menudo intelectualmente incapaz de proyectarse hacia el futuro. Paradójicamente es cuando nuestro futuro se encoge y arruga cuando se toma plenamente conciencia de ello. Apoyándose en el pasado es incluso más fácil pensar en el futuro. Si los viejos resultan capaces de imaginarlo, ¿por qué no contribuyen a su construcción?». [¡Atención, propone construir el futuro con los más jóvenes!]. «Somos viejos, no hay que avergonzarse de ello, es una palabra maravillosa, pues incluye valores que se llaman madurez, sabiduría, equilibrio, cultura…». Nuestra existencia está «construida a fuerza de aprendizaje, experimentación, éxitos y fracasos igualmente formativos, para sumar un capital único que sería en verdad estúpido abandonar como un erial. No se puede sepultar a los viejos con el ridículo subterfugio semántico que los trata como “seniors” o califica su edad como “tercera”». Cierto es que los hay afectados por la decadencia física e intelectual, pero también quienes muestran una flexibilidad y una adaptación al cambio hasta ahora insospechadas. Cuando trabajo y jubilación se han convertido en términos irreconciliables, hay que exclamar que ser mayor no significa lo mismo que ser inútil.
[i] Por cierto, 2012 ha sido declarado por la UE Año europeo del envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional
[ii] OLLIVIER, Bernard, La vie commence à soixante ans. Phèbus, Paris, 2008, Avant-propos, pp. 9 et ss.
Autor: José Ángel Zubiaur
Convencido de que innovar es adoptar nuevos cauces e instrumentos para dar respuesta a una nueva realidad que nos resistimos a aceptar, manejar, dirigir y orientar, aporta una experiencia acreditada en gobernanza, tanto en España como en el resto de la UE. Ha liderado proyectos estratégicos públicos, privados y mixtos, en cooperación interregional y transnacional, compartiendo recursos estratégicos para el desarrollo territorial y de organizaciones, mediante procesos horizontales asentados en el conocimiento de las personas