Partiendo de la base de que Navarra lideraba la I+D+i a nivel nacional, si nos fijamos en cómo son las regiones más competitivas y analizamos las tendencias de futuro, nos percatamos de que el impulso de la innovación debería abordarse de una forma mucho más amplia.
Por un lado deberemos contar con una I+D puntera, focalizada en nuestros clusters empresariales muy conectada y capaz de venderse internacionalmente. Por otro, necesitaremos que las empresas de todos los sectores innoven en todos los ámbitos: organización, logística, marketing etc . y que estén organizadas para generar y aprovechar todas las ideas que sin duda poseen sus trabajadores.
Pero además, dado que las cosas las hacen las personas, necesitaremos que los ciudadanos navarros sean innovadores tanto para ser capaces de generar ideas y ponerlas en marcha como para que estén habituados a probar los productos nuevos que generarán nuestras empresas aunque no sean perfectos.
A este conjunto tendríamos que añadirle emprendedores capaces de hacerse con los descubrimientos de I+D, provengan de donde provengan, orquestándolos para conformar productos, distribuirlos y venderlos y una administración innovadora y suficientemente flexible para poder impulsar la innovación.
Y dado todo esto, todavía deberíamos incluir un atributo más el “co”: en la medida en que los agentes sean capaces de trabajar juntos (p ej las empresas co-diseñando sus productos con tecnólogos y consumidores), seguro que nos convertiremos en una región muy innovadora lo cual redundará en una mayor competitividad de nuestras empresas y sin duda en un incremento de la prosperidad de los navarros.