Tengo una obsesión por la que soy objeto de mofa pero que no puedo evitar. Yo siempre me pregunto qué pasaría si entrásemos en guerra. Así, cuando me dieron una pastillita que tengo que tomar todos los días, mi primer pensamiento fue para el abastecimiento de pastillitas en tiempo de guerra y me lancé a ver la caducidad para calcular cuánto tiempo de acopio de pastillas era factible sin que se pasaran ¡30 meses! Si la guerra dura más tendría problemas. Mis compañeros de trabajo me han oído más de una vez preguntarme para qué serviría lo que sabemos hacer en tiempo de guerra porque un médico o una enfermera lo tienen claro, pero una de derecho-empresa-innovación, no sé yo….
Por eso me han puesto muy contenta los avances que se están realizando en cultivos hidropónicos y en huertos urbanos. Si viene una guerra, incluso podré alimentar a mi familia aunque no tenga un amigo con campo y huerta.
Porque ya se puede cultivar ¡por tierra mar y aire!
En el MIT están desarrollando un sistema para cultivar que combina el cultivo hidropónico y aeropónico: el City Farm media lab Las raíces de las plantas no se desarrollan en tierra sino que se alimentan con una “niebla” enriquecida con minerales en cámaras aisladas y con luces LED optimizadas. El resultado, un 98% menos de utilización de agua, la posibilidad de cultivar 365 días al año, en un espacio pequeño y un crecimiento mucho más rápido: lechuga romana en 19 días en lugar de en 80. Han creado una iniciativa que se llama “open agriculture” para compartir resultados y para que todo el que quiera pueda probar, incluso te explican cómo construirte un PFC, personal food computer para que cultives tú mismo ¿Alguno se anima? En guerra, ¿habrá manera de hacer funcionar las luces Led?
Vamos con el mar. En previsión de la escasez de suelo cultivable, se está empezando a trabajar en el cultivo en mar abierto. Esto se lleva haciendo hace tiempo con peces aunque con dificultades. Los japoneses tratan de cultivar atunes rojos sin conseguirlo por problemas con la alimentación de las larvas. Pero ahora se habla de SFFs, osea smart floating farms que mediante placas solares se abastecen de la energía que necesitan, cuyas plantas en cultivo hidropónico se riegan con agua desalinizada y que incorporan mecanismos para protegerse de las olas. Los autores de un proyecto made in Barcelona estiman que producirá 8.150.000 kilos de vegetales y capturará 1.7 millones de peces al año. Y todo ello, con la ventaja de que la granja puede trasladarse allí donde haya hambre.
También existen proyectos que combinan invernaderos, luz del sol y agua de mar y permiten cultivar en las zonas más calientes del planeta.
Todavía resultan demasiado costosos pero todo se andará: Sahara Forest Project ya ha cosechado con éxito cebada, pepino y alguna especie más…
Si bajamos de la tecnología a lo terrenal, encontramos ya restaurantes y comunidades cultivando en azoteas. El objetivo: de la planta al plato para perder cuantas menos propiedades de los alimentos por cosechas prematuras y transporte. Uno de los primeros, el construido en Brooklyn por Gotham greens que produce anualmente 45.000 kgs de verduras de hoja verde.
La cosa ya empieza a extenderse aunque todavía estoy lejos de auto abastecerme…
Si miran ustedes en Amazon, que es un buen termómetro de lo que hay en la calle y de lo que la gente está comprando, verán tomateras, pequeños huertos para hierbas aromáticas, en saco, en jardinera e incluso en mesa. Por cierto, he visto también un kit mojito que me estaba diciendo “cómprame”.
Pero en caso de guerra, las semillas ¿qué caducidad tienen? ¿Se puede hacer acopio? ¿Empiezo ya? Me queda mucho por investigar aunque me genere cierta tranquilidad la “bóveda del fin del mundo”…
¿Alguien por la zona con las misas preocupaciones y con más soluciones?